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Un yin, un yang; esa es la manera del Tao

El I Ching o Libro de las Mutaciones está basado en la idea de dos energías polares de cuyas actividades surgen todas las cosas. Inicialmente, estas dos energías eran simplemente llamadas luz y oscuridad…
Este dualismo básico fue el primer esbozo de filosofía taoísta surgido del antiguo libro oracular, cuyos textos más antiguos se remontan al segundo milenio antes de Cristo.

En su versión más antigua, el I Ching empezó como un oráculo, un libro de adivinación. Las personas, los reyes, los sacerdotes hacían una pregunta a los adivinos: ¿debo ir a la guerra? ¿Debo hacer esto o aquello? Los adivinos encendían fuego sobre huesos de animales o caparazones de tortuga y según las marcas que se hacían, la respuesta era sí o no. Una línea continua significaba  y una línea partida era no; donde la respuesta básica describiría qué tipo de postura adoptar frente a un problema: actuar, ser agresivos e imponer nuestra voluntad o ceder, quedarse donde está y adaptarse a lo que venga.

A lo largo de los años, los sabios taoístas, conscientes de que la vida no es tan simple, fueron añadiendo más alternativas. Observaron que los dos poderes representados por estas líneas no son estáticos sino que están en constante movimiento, creciendo y menguando y transformándose el uno en el otro. Se produce así un momento clave en la historia del Cambio: el I Ching pasa de ser un libro de adivinación a ser un libro de sabiduría.
El I Ching es una poderosa herramienta y vehículo espiritual que puede ayudar a la gente a navegar el viaje de la vida. Está diseñado para ayudarnos a entender y trabajar con las fuerzas inconscientes que dan forma a las situaciones que enfrentamos y para mantenernos conectados con el proceso creativo de la vida.

Quizá la mejor manera de imaginar el Cambio es como un arroyo, un arroyo viviente de imágenes, palabras, emblemas y mitos que marcan el Camino del Agua, la imagen fundamental del Tao. Es un flujo de símbolos como las imágenes en los sueños. Es el “proceso en curso de lo real”, el huidizo movimiento de la vida, una experiencia o principio universal no apto para la conciencia racional o dialéctica. Es agua, río, el poder de un adivino, palabras que instruyen e inspiran, un rayo de luz, los caminos que se abren al morir.
Tao o Camino es probablemente el término más importante en el pensamiento de Oriente. Se compone de los gráficos de cabeza y pie, el primer movimiento. Ofrece un camino o vereda a cada cosa en el mundo y le da identidad potencial. Estar conectado o «en» el Camino es experimentar significado, alegría, conexión, libertad, compasión y creatividad.
Según los taoístas, los seres humanos somos mediadores entre el Cielo y la Tierra. Es nuestra misión armonizar estas fuerzas a través de equilibrar yin y yang en nuestro interior. La tradición del Cambio se concentra en el ideal de una persona que está comprometida con realizarse como verdadero individuo como la única manera de efectuar el Cambio en el mundo. Al abrazar este ideal, nos convertimos en una “Persona que se realiza a sí misma” o Junzi, aquella que busca completar su destino y, a través de la conexión con el destino y el Camino, adquiere la verdadera habilidad para ayudar a los otros.

La eterna danza del yin y el yang está presente en todos los fenómenos del universo: los ciclos cósmicos, en las dualidades naturales -femenino/masculino, oscuridad/luz, noche/día, frío/calor, muerte /vida -, en las estaciones del año. Los seres humanos, tanto mujeres como hombres, somos yin y yang. Las mujeres yin por fuera y yang por dentro; los hombres yang por fuera y yin por dentro.

Esta vieja fórmula taoísta ofrece un paradigma para la creación y el surgimiento de las cosas en nuestro mundo, el plano de los Diez Mil Seres. Cuando yin y yang entran en equilibrio, se produce una tercera fuerza: el yuan. Yuan es “fuente y manantial”, el origen o principio de todo. Filosóficamente, da inicio al movimiento que determina la apariencia y desarrollo de cualquier ser individual, considerado por los taoístas como el misterio original, el origen absoluto del universo. Es la fuente del de, el poder de un individuo conectado con el flujo del Camino.
Durante los equinoccios y solsticios, el equilibrio momentáneo entre yin y yang produce lo que en alquimia conocemos como vesica piscis: el portal que se abre al centro de la interacción de yin y yang a través del cual podemos acceder a la energía yuan.

En alquimia interior taoísta, establecemos el vesica piscis en el centro de nuestro cuerpo, el espacio en el abdomen bajo conocido como tan tien o campo de cinabrio. Desde el inicio, las prácticas del Sistema de Tao Curativo se enfocan en el cultivo y equilibrio del yin y yang, empezando por los aspectos femenino y masculino en nuestro cuerpo energético y avanzando, a través de cada fórmula, a niveles superiores de interacción.

Este 21 de junio celebraremos el solsticio de verano. Será el día más largo del año, la culminación de la energía yang y el comienzo del ciclo yin. Ese día, un grupo de mujeres nos reuniremos en retiro para cultivar nuestra esencia femenina divina. ¡Te invitamos, todavía quedan lugares!
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     El I Ching Total Mitos para el Cambio
(traducción al español de Janette Nutis)
En esta nueva versión del clásico del Cambio, Stephen Karcher fusiona las dos traducciones existentes en la actualidad -la popular versión confucionista y la más temprana versión taoísta llamada Zhouyi– y las presenta al lector occidental moderno de una manera accesible, comprensible y vívida.
Libro disponible en CDMX en EMTA África 36-A, Col. Coyoacán y en https://articulo.mercadolibre.com.mx/MLM-678246099-el-i-ching-total-mitos-para-el-cambio-_JM
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