Cerca de la medianoche del martes 20 de junio hará su entrada el solsticio de verano 2017. Será el día más largo, la noche más corta, la fase yang llegando a su clímax para dar paso a la fase yin.
Durante el mes de junio, algunos planetas cambian de signo, vale decir de energía y enfoque, mientras otros planetas cambian de dirección, ya sea poniéndose retrógrados o retomando la dirección hacia delante. Hay mucha actividad con los planetas personales, lo cual quiere decir que hay muchas energías envolviendo nuestro movimiento y nuestras vidas diarias.
La energía universal del mes tiene que ver con ir hacia dentro y conectar con nuestra intuición y guía internas. Sabiduría, silencio, misterio. A mediados de año, es tiempo para estar en soledad, revisando y reflexionando sobre nuestro camino y cómo encajan los patrones, situaciones y relaciones presentes en nuestra vida.
Esto a veces puede traer energías de confusión, falta de fe y confianza, o soledad. También puede manifestarse como enfermedad. (Como en mi caso: semanas de dolor físico y emocional que me han impedido toda actividad y me han llevado a un viaje interior de sorprendente transformación y depuración de energías ancestrales.) El proceso continúa, el aprendizaje no termina mientras haya cuerpo físico…
La astrología nos informa sobre las influencias que ejercen los planetas sobre nuestra Tierra y sobre nuestra propia vida, según los distintos ciclos de tiempo que vamos navegando. Esta es la Suerte del Cielo. El lugar donde vivimos, las circunstancias materiales que nos envuelven y nos afectan de manera consciente y también inadvertida, es la Suerte de la Tierra, y de ella se ocupa elfeng shui. La Suerte del Humano es la que vamos construyendo a cada momento con nuestras acciones y decisiones. Es aquí donde el alquimista taoísta toma las riendas de su destino en sus manos.
Como dice Stephen Karcher en la introducción de su libro “Total I Ching”*:
“Con frecuencia, el espíritu se manifiesta como problema o dificultad que interfiere con la voluntad consciente. Experimentamos esto como una perturbación, una inquietud en el corazón. Ansiedad, confusión, una necesidad de conocer el sentido oculto, un deseo de validación o el sentimiento de que estás luchando con algo con lo que no es posible lidiar con medios ordinarios de análisis indica que probablemente exista una fuerza desconocida en curso en la situación. Este lugar donde tu voluntad consciente es “atravesada” apunta hacia una apertura, una oportunidad para profundizar tu contacto con el mundo invisible y transformar la consciencia.”
El I Ching, o Libro de las Mutaciones, es la columna vertebral de la metafísica china, una de las Cinco Artes Taoístas. Es un oráculo que describe la situación presente de quien lo consulta y predice el modo en que se resolverá en el futuro si se adopta ante ella la posición correcta.
La adivinación y los presagios son parte universal de la cultura humana, usados por siglos para entender y conectar con el mundo viviente. Todos estos procesos involucran a alguien que pregunta, alguien que escucha y un lenguaje simbólico. Al unirlos, es lo que llamamos suerte.
Lanzamos al aire una moneda, sacamos una prenda al azar, la suerte está echada, está escrito en las estrellas, no tientes al destino, mi suerte se está acabando –todas estas expresiones y prácticas apuntan a un sentido mucho más antiguo de “suerte” que nuestra idea de ‘coincidencia sin sentido’. En el chino antiguo, por ejemplo, no existe una palabra para el sentido moderno de ‘azar sin sentido’ o ‘evento casual’. Todacoincidencia es significativa. La suerte, para los viejos sabios, era ya sea la habilidad para actuar espontáneamente o la influencia de una fuerza invisible.
En la adivinación, esta suerte o coincidencia es el vehículo del espíritu, una oportunidad para tu destino de hablar contigo. Hablando a través del lenguaje simbólico, te conectas con los patrones básicos y las fuerzas que crean lo que experimentas. El psicólogo Carl G. Jung llamaba a esto “sincronicidad”.
Junto con la carta astral ZiPing, que nos provee de un mapa de gran precisión y profundidad para navegar nuestro destino, el I Ching es el espíritu consejero que nos ilumina en momentos de oscuridad.
Consulta psicoterapéutica, astrología ZiPing y oráculo I Ching: janettenutis@gmail.com