Con la rapidez del fuego, el verano va llegando a su fin. Entramos ya en el mes de otoño, con la vibración numerológica del 9, el nueve que es más significativo aún en un año universal 9.
La vibración del nueve es la de la terminación de un ciclo. Es tiempo de purgar y dejar ir lo viejo en preparación para lo nuevo. Es tiempo de fluir, tener fe y confiar en el plan divino, dejando que las circunstancias que se nos van presentando fluyan sin la necesidad de tratar de controlarlas. En este 9-9, estamos seguramente en un tiempo importante en que en nuestras vidas, y alrededor del mundo, estamos llegando a algún tipo de culminación.
Septiembre nos trae cuatro portales, cuatro ventanas excepcionales que se abren para permitir una conexión más directa con las frecuencias más elevadas en el cosmos, las del amor y la aceptación incondicional.
El primer portal inicia el 1 de septiembre con el eclipse anular de sol que nos permitirá hacer consciencia de nuestra realidad, a fin de activar nuestro poder de co-creación, acentuando nuestra conexión con nuestra madre tierra y la activación de la energía masculina, lo que nos conecta con un nuevo amanecer de claridad para avanzar en nuestro camino.
El segundo portal es el 9 de septiembre. El portal 9-9-9 es la alineación sagrada de nuestra alma con nuestra mente. La gran revelación despeja el camino para anclarnos en el aquí y el ahora, con la fuerza y la certeza necesarias para ser lo que realmente somos, para irradiar nuestra luz y sabiduría sin limitación alguna.
El tercer portal será el mexicanísimo 16 de septiembre, cuando un eclipse de Luna nos da un baño de sabiduría, consciencia y espiritualidad que termina de activar nuestra energía femenina para seguir expandiendo nuestro ser y ver con claridad el camino a seguir para crear la plenitud que merecemos.
El cuarto y último portal es del equinoccio de otoño, el 22 de septiembre, que nos entrega la posibilidad de un gran renacimiento a nuestra verdadera esencia y grandeza, activa el gozo y la plenitud al estar cumpliendo con nuestro propósito de vida.
Este mes, transitamos con la energía de “la noche oscura del alma”. Con una fuerte lunación y la danza continua de los planetas – Saturno en cuadratura exacta con Neptuno y Mercurio en fase retrógrada hasta el 22 de septiembre, y Júpiter en la casa de Libra- estamos atrapados entre la realidad y la ilusión, qué es lo real y qué es lo imaginario, cuál es la verdad, cuál es la fantasía, qué son intuiciones verdaderas y cuáles son creencias inconscientes sembradas en nosotros desde el principio de la vida.
También estamos mucho más sensibles psíquicamente a energías invisibles y las energías y proyecciones emocionales de otras personas, por lo que es de vital importancia crear límites claros y una buena protección personal mientras navegamos por estos tiempos intensos.
Lo que pensamos, lo que creemos, lo que valoramos, lo que pesa más para nosotros es lo que estamos siendo inducidos a buscar en el movimiento pendular de la balanza. El regalo del tortuoso y exhaustivo proceso de toma de decisiones de Libra, especialmente lento con Mercurio retrógrado, es que, una vez que hemos sondeado nuestra alma despejando el pensamiento falso y superficial y las mentiras e ilusiones de la cultura, se enciende en nosotros una luz que nos puede guiar e iluminar a otros en medio de la locura de nuestro tiempo, en que se toma a héroes por villanos y los villanos son aclamados como héroes.
Celebremos la llegada del otoño agradeciendo por la cosecha, con aprecio por los frutos de la labor realizada desde la siembra hasta la recolección, la promesa hecha en el verano y ahora convertida en realidad. La madre tierra dando a sus hijos los nutrientes y la abundancia, los elementos necesarios para sobrevivir el invierno por venir. Al mismo tiempo, simboliza la concepción de la muerte de las plantas convirtiéndose en renacimiento a través del misterio de las semillas. Es tiempo de descanso y reflexión para llenar nuestros corazones con verdades que digeriremos en estos días de calma y retraimiento propiciado por el clima.
Celebremos el otoño con el taller intensivo de Tao Básico y Amor Curativo 23 a 25 de septiembre, Cuernavaca, Mor.