A medida que la energía yang llega a su culminación con el solsticio entre el 20 y el 21 de junio, el hemisferio norte se calienta durante el verano del año del Mono. Los cambios continúan. La desorientación y el conflicto en la humanidad son el resultado de los grandes eventos cósmicos y planetarios que están sucediendo en varias dimensiones a la vez. La Tierra toda está en transformación.
La naturaleza del Mono es exponer a las fuerzas ocultas de la represión social a la luz del día, como ocurrió en 1968, el año clave de la década de 1960, que también fue un año del Mono. Estamos llegando a la culminación de una poderosa tormenta cósmica que es el precursor de cambio social e individual. La resistencia que ahora enfrentamos es un recordatorio de que tenemos que hacer ajustes necesarios a nuestros planes antes de proceder con precaución.
Empezamos el mes con una muy profunda luna nueva en Géminis. Alineada con el Sol y Venus, nos trae una verdadera magia, energía de potencial, posibilidades, asombro, amor. Por otro lado, la luna está en tensión con Júpiter, Saturno y Neptuno, que están en signos mutables, enfatizando el cambio y la adaptabilidad.
Muchas personas experimentarán estados de tristeza, pérdidas afectivas o materiales. El cuerpo físico tiene que adaptarse a estos cambios y genera cansancio extremo para recalibrar los reajustes energéticos. Todo está en transformación dentro de nosotros: emociones desbordadas, pensamientos confusos, cuerpo físico agotado mientras que el fuego del espíritu nos impulsa a hacernos protagonistas de nuestra vida.
Se están removiendo cimientos y estructuras arcaicas tanto a nivel personal como colectivo para permitir que emerja la verdadera esencia de nuestro espíritu en la realidad presente. Es un proceso de cambio en que llevamos ya varios años; la naturaleza se toma largo tiempo para su evolución.
Cuando Júpiter se enfrenta con Saturno, la atmósfera se sobrecarga, intensificando el choque entre las fuerzas progresistas y la regresivas tanto en la sociedad como en el individuo. La cuadratura Júpiter-Saturno desafía las formas de pensamiento y estructuras aceptadas de cómo “se supone” que debe ser la vida, a fin de abrir paso al mundo que muchos de nosotros hemos estado soñando y por el que hemos estado trabajando desde la revolución de consciencia de los sesentas – un mundo donde las infraestructuras básicas estén configuradas para beneficiar a las personas que más lo necesitan, en lugar de alimentar la máquina de guerra.
Es tiempo de soltar los miedos como lo que son, simples ilusiones de la mente condicionada. Es tiempo de transmutar asuntos no resueltos y deseos subconscientes, dejar ir los juicios contra nosotros mismos y los demás. Aceptar y amar todos los aspectos de nosotros mismos, integrar y sanar nuestro lado oscuro.
Los movimientos planetarios mueven energías que provocan confusión de la propia identidad, en las relaciones y las circunstancias financieras y las situaciones en nuestra vida. La energía mental, no muy conectada con la tierra, nos puede hacer propensos a la ansiedad, la energía nerviosa y a saltar de una idea a otra. No sabemos si vamos o venimos
El camino es sumergirnos profundamente en nuestro interior. Los movimientos planetarios en signos mutables intensifican nuestras ideas, pensamientos y percepciones, y puede haber dificultades para dar sentido a lo que está pasando en nuestra vida y en el mundo.
Debemos cuidar nuestra energía personal y nuestra estabilidad física. Los continuos cambios en el campo electromagnético de la Tierra nos somete a grandes fluctuaciones en nuestro propio campo electromagnético, lo cual se puede manifestar como inestabilidad emocional, depresión o estados de ira sin causa aparente. Es importante mantener el equilibrio a través de ejercicio y meditación. En particular, la práctica del chi kung es ideal para cultivar el arraigo, alinear y armonizar los cuerpos físico, mental y espiritual y elevar el nivel de vibración de nuestro chi personal para sintonizarnos más cómodamente con los cambios en el campo de chi externo.
El conocimiento de la composición personal de Cinco Elementos en nuestra carta natal nos permite una mejor comprensión de los principios que rigen las energías emocionales negativas y positivas almacenadas en nuestros órganos vitales. La carta natal es una gran ayuda para navegar con las fluctuantes y a veces torrenciales aguas del cambio.
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