Primavera inédita
En medio de la convulsión e incertidumbre por la pandemia global, necesitamos estar alertas para protegernos a nosotros y nuestros seres queridos con las medidas necesarias, pero no debemos vivir en miedo constante ni transmitir ese miedo a los demás.
El constante bombardeo de los medios promoviendo el miedo afecta nuestra mente; la respuesta de una mente con miedo es la disminución de la inteligencia, la sabiduría y la capacidad para tomar decisiones sensatas.
Según la Ley de los Cinco Elementos, base de la medicina y la alquimia interior taoístas, el miedo es el polo emocional negativo de la energía de los riñones. Los riñones son el asiento de la energía vital, de la información genética heredada de nuestros ancestros; es el sitio de la sabiduría. Su elemento es el agua. Cuando estamos en equilibrio y contacto con las energías de virtud, fluimos en nuestra vida con gentileza y calma. Cuando somos presa del miedo, el agua se congela, paralizándonos. Nuestra fuerza de voluntad, nuestra capacidad para movernos queda atrapada bajo el hielo del pánico. Esto hace sufrir al corazón. La falta de amor y calidez apagan su fuego. Dejamos de reír, experimentamos confusión, nos sentimos desmotivados, incluso, derrotados.
El tren en el que íbamos se descarriló por ir a exceso de velocidad en la dirección equivocada. Ahora, necesitamos un tiempo para asimilar la experiencia y reflexionar. Si en todo esto hay mano negra de los poderes fácticos, si el aislamiento como medida preventiva tiene por objeto ulterior frenar las marchas y movimientos sociales en el mundo, además de generar desconfianza y separación, nosotros lo vamos a aprovechar para nuestra ventaja. Afortunadamente, contamos con la tecnología moderna para comunicarnos y mantenernos unidos en medio del caos.
La vida nos obsequia ahora con una rara pausa de yin refrescante para aliviar el exceso de yang, un espacio para entrar en la calma y la quietud, para contactar con nuestra sabiduría profunda. Aislamiento no equivale a marginación. El corazón humano es resiliente; el fuego del amor iluminará nuestro camino.
No todo son malas noticias: en China se vuelve a ver el cielo azul gracias a la falta de autos. En Italia, se hace música desde los balcones, la gente se une, ríe, celebra la vida.
En Venecia, los canales lucen limpios.
En España, hacen clases de gimnasia a través de las ventanas de sus casas.
Y hoy se informó que China ya tiene vacuna contra el coronavirus.
Como seres humanos con un cuerpo emocional, no podemos evitar sentir lo que nos provoca el bombardeo de noticias amarillistas, la mala fe de la desinformación. Lo importante no es lo que sucede sino lo que hacemos con lo que sucede. No podemos no sentir, pero sí podemos aprender a cultivar estas energías orgánicas para transformar la negatividad en energía de virtud, que es la esencia de la perla de compasión.
Es importante mantenernos bien informados, pero evitemos llenarnos de imágenes y mensajes catastróficos que dejan sus semillas en lo profundo de nuestra mente. Tomemos distancia también del exceso de información.
Vamos a emerger de esta crisis más fuertes y conscientes. Sabremos rectificar el rumbo. Antiguamente, los padres sabían que un niño, después de una enfermedad (todas las enfermedades de la infancia son infecciones), daba un salto en su desarrollo. Al salir de la enfermedad, el niño no es el mismo que antes. La enfermedad le ha hecho crecer. Pero no sólo las enfermedades de la infancia hacen crecer. Nosotros también hemos de crecer con la experiencia y saldremos transformados.
Es mi más grande anhelo que todo el mundo, TODO EL MUNDO pueda disfrutar de la deliciosa sensación de dicha y bienestar que brinda la práctica taoísta. Por lo pronto, contribuyo a la causa ofreciendo una promoción especial para aprender las prácticas del Tao Básico en línea*. Para los que dicen que no meditan porque no tienen tiempo, para los que no saben qué hacer ahora con todo ese tiempo en sus manos, he aquí la mejor oportunidad.
¡Y no olvidemos celebrar la llegada de la primavera! Recordemos que, durante los días alrededor del solsticio, entre 20 y 22 de marzo, nos podemos conectar con la energía yuan, energía original, a través del portal formado entre yin y yang.
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